Sea grande o pequeño, si tienes lavadero estás de suerte.

Y si no dispones de una habitación para este espacio, no te preocupes. Siempre puedes integrarlo en otra estancia, como es la cocina, el baño, o en el garaje. Lo importante es sacarle el máximo partido gracias a una buena organización.

Lavaderos grandes:

En este caso es importante contar con un buen sistema de almacenaje. Zona de lavado y plancha pueden compartir espacio con zona para almacenar productos de limpieza del hogar.

Ante todo, no debemos caer en la tentación de utilizarlo como trastero, para no crear una zona de caos. Para esto nos ayudaremos de grandes armarios para guardar todo lo que no se deba ver, y dejaremos espacio abierto suficiente para poder trabajar cómodamente.

Unos muebles a medida, nos ayudarán a aprovechar cada milímetro de la estancia.

Lavaderos pequeños:

Ya sean integrados en cocinas o baños, lo ideal es intentar ocultarlos tras puertas y armarios, y si no es posible, panelar los frontales de los electrodomésticos, puede ser una buena alternativa para integrarlo al resto de la estancia.

Pensar en vertical, ya sea poniendo la secadora encima de la lavadora (y no al revés), o aprovechando la parte alta de estas para instalar estanterías y perchas, nos ayudaran a optimizar el espacio y verlo todo más ordenado.

Por último, no debemos olvidarnos de los pequeños detalles, como tomas de corriente que necesitaremos, conseguir una buena iluminación y darle ese estilo que más nos guste a través de los diferentes materiales que nos ofrece el mercado. Pintado o enracholado, con encimera de madera o lacada en blanco, hay mil opciones para crear el espacio que más se adapte a ti.